Ver sufrir a alguien que queremos es doloroso. A veces intervenimos no solo para ayudarlo, sino para evitar también el dolor que nos causa verlo sufrir por eso es muy importante empezar a entender ¿cuál es la manera de ayudar? a nuestro familiar, amigo o a esa persona que vemos que la está pasando mal, debido a la depresión.
Auxiliar a una persona cuando está mal es muy común, pero en el caso de alguien con depresión, debemos actuar de manera distinta.
Necesitamos comprender que estamos acompañando a alguien que se encuentra enfermo. Lo primero que podemos hacer es escuchar de manera activa para saber qué necesita y no actuar conforme a lo que deseamos hacer, con el fin de evitar nuestra angustia.
Generalmente, no resulta fácil entender que no somos médicos y que sólo debemos acompañar a la persona antes, durante y después del tratamiento, pero esto tiene sus implicaciones.
Cuando nos hacemos conscientes de que la depresión es una enfermedad que afecta el órgano llamado cerebro sabemos que debemos buscar ayuda como si se tratase de otra enfermedad que afecta cualquier otro órgano, tal como: una fractura o gastritis.
Lo primero es acompañar a esa persona al médico, y ese especialista que nos puede ayudar con la depresión es el psiquiatra, quien estudió medicina, especializándose además en el estudio del cerebro y todo lo que tiene que ver con: sus emociones, la parte cognitiva y la conducta.
Es importante que le preguntemos a esa persona ¿cómo se siente? y no tener miedo de hablar del suicidio. Escuchar al otro sin pensar que tiene que ver con nosotros es lo primero para poderlo ayudar; esto nos lleva a evitar pensar que la otra persona hace las cosas porque está en nuestra contra.
Lo más sano para el paciente que quieras ayudar es, renunciar a que tú eres su salvación y considerar seriamente que la ayuda idónea que en estos casos es el psiquiatra.
Vas a sentir frustración al percibir que no pone de su parte y llegarás hasta irritarte, pero recuerda que no tiene que ver contigo, la verdad es que la persona se encuentra enferma.
En el proceso de acompañamiento intenta no decirle lo siguiente:
“Pon de tu parte”
“Ayúdate a ti mismo”
“Ayúdate y Dios te ayudará “
“Lee libros de autoayuda”.
A propósito de estos libros (de autoayuda), pueden llegar a ser perjudiciales porque “tienen unos pasos para llegar a una plenitud”, pero como en la depresión encuentran su origen en factores biológicos, y se trata de un trastorno, es muy posible que la persona intente y al final cuando vea que sigue igual; le embargue luego un sentimiento de fracaso que le haga empeorar.
“No seas desagradecido”
Entiende que él ve las cosas diferente y ser agradecido le cuesta mucho.
¿Qué puedes hacer y qué puedes decirle?
- Ponte en sus zapatos, puedes decirle: “como yo no logro entender lo que te pasa, pero por lo que me cuentas veo que es horrible; quiero que sepas que respeto tu dolor”
- Pregúntale si quiere hablar y ¿cómo se siente en medio de lo que está viviendo?
Sin presión, puedes compartirle que también te sientes impotente, pero que trataran de buscar a la persona indicada para ayudarle. Y en estos casos buscar la ayuda del Médico Psiquiatra
- Puedes decirle que van a pedir ayuda.
- Respeta los límites, pregúntale si quiere hacer algo, si quiere ir contigo a algún lugar, muestra interés por lo que quiere hacer, sin volverte repetitivo e insistente.
Finalmente, es necesario que tomes en cuenta que, mientras la persona logra recibir el tratamiento ideal es posible que la persona con depresión tienda a olvidar.
Así que, empezado el tratamiento, puede que no vea su propia mejoría, aunque la persona ya presenta cambios. Es entonces el momento en que podemos decirle: “yo si noto lo que tú estás logrando cosas”, “yo veo tu mejoría”.
Puedes afirmar a la persona y animarla en sus logros y en sus progresos mientras recibe tratamiento o está saliendo de este. Hacerlo antes puede, ocasionar que se autolesione, pues la persona no ve salida y no ve progreso.
Es importante que no interfieras en el tratamiento de las personas. Muchos pacientes consideran dejar el tratamiento antes de lo indicado y esto puede llevar a que la depresión se vuelva crónica.
Considera que la persona va saliendo de esto y lo hace de la mano de un equipo y el tratamiento correcto. Sólo el médico sabe cómo funciona el cerebro, lo demás pueden ser teorías.
El tratamiento de la depresión tiende a ser mínimo de un año.
Así que, en vez de desalentarlo con el tratamiento, sé un apoyo frente a todo lo que los demás dicen. Muchas personas le dirán que deje el medicamento por miedo a la adicción, pero esto es un rumor, los antidepresivos no producen adicción siempre y cuando estén controlados por el médico psiquiatra.
En resumen, acompáñalo a hacer ejercicio, ríete con él, busca el sol, anímalo, muéstrale los logros, abrázalo si eres muy cercano y respeta sus límites.
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